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Literatura en Pina

POEMA USANDO VERSOS DE GABRIELA MISTRAL -Julia Delcazo-

Es una maternidad
Que no me cansa el regazo
Y es un éxtasis que tengo
De la gran muerte librado

En los albores de un nuevo día
Una ciudad despierta a su rutina
Almas alegres, dolientes o cansadas
Acuden cual hormigas a su trabajo atadas
En un contenedor un llanto ahogado
Entre ropas sucias y raídas
Un alma de mujer queda en suspenso
¿Es verdad lo que oye o su ansia la castiga?
Llora desesperado su derecho a la vida
Nota que gota a gota sus venas se vacían
«¿Para qué me crearon?» se pregunta
«¿Para morir sin conocer la vida?»
Mas alguien abre la caja de Pandora
Y al oírlo se resiste al espanto
Es un alma sensible que imagina
Y al comprobar reprime un grito ahogado
Vuelve a su casa con un paquete en brazos
Un alma desbocada, ilusiones perdidas
Desenvuelve el paquete, corazón destrozado
Y en sus entrañas muertas resurgirá la vida
La razón le insiste en denunciarlo
“¿Qué debo hacer?” se pregunta angustiada
El corazón contesta: “tú te lo has encontrado”
“Es tu compensación”, le dice el alma
La baña, la acaricia, es una niña
Y al apretarla a su pecho ella se calla
Tiene hambre de madre ¡vida, mía!
Canastilla doliente le pone, que ella guarda
Y mientras baja a la farmacia más cercana
Recuerda con dolor otra mañana
Más negra y más funesta en la que pierde
El calor de su vientre y de su cama
Cabrón borracho que nunca conociera
Porque huyó como huyen los cobardes
Aquella mañana de triste primavera
Perdió su amor y su ilusión de madre
Al volver
ata el cordón umbilical, sacia su hambre
Y la mece mientras le canta una nana
Es mujer de recursos, muy valiente
Y no va a devolver aquella estrella

Es el mundo desamparo
Y la carne triste va
Pero yo la que te mece
Ya no tengo soledad

Una estrella que mirara tantas veces
Desde la tierra al cielo cual quimera
Hoy la estrella ha caído en su regazo
Y le da su corazón su vida entera
Se siente madre e hija mía la llama
Y aquel fuego que quema sus entrañas
El que avivara su rabia cada día
Nota como se apaga, y sigue con la nana

Es el cielo desamparo
Si la luna cae al mar
Pero yo, la que te estrecha
Ya no tengo soledad

No habrá fuerza en la tierra, se repite,
Aunque tengamos que vivir errantes
Pues te parí al quitarte la envoltura
Y no habrá juez ni ley que nos separe
La cruz de su desdicha se ha esfumado
En su lugar nació un brote de esperanza
Rosas de un gran amor se van abriendo
Mientras la mece cantándole la nana

Es la noche desamparo
De las sierras hasta el mar
Pero yo la que te mece
Ya no tengo soledad

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