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Literatura en Pina

Ejercicios con Miriam Reyes

NUESTRA PRIMERA PROFESORA DE POESÍA: MIRIAM REYES

NUESTRA PRIMERA PROFESORA DE POESÍA: MIRIAM REYES

Miriam Reyes, Orense 29/12/74.
Nací en Orense, pero desde los ocho años me crié en Caracas. Allí estudié Letras, en la Universidad Central de Venezuela. Mis poemas fueron publicados por primera vez en la antología Feroces (DVD, 1998). Después publiqué Espejo Negro (DVD, 2001) y Bella Durmiente (Hiperión, 2004), este último finalista del XIX Premio de Poesía Hiperión. Ambos libros han sido traducidos al italiano y al portugués, respectivamente. Desde el año 2000 trabajo con la imagen vinculada a la poesía, tanto en formatos multimedia como en video recitales.

«Fui a Pina por primera vez invitada por Marisa, para hacer una lectura en la Escuela de adultos. Allí empezó todo. Me quedé tan fascinada por sus intuiciones y preguntas que, cuando Marisa me ofreció dar un taller de poesía en Pina, a más de 300 km de mi casa, no lo pensé dos veces.
La gente que encontré allí no dejó de sorprenderme desde el primer hasta el último día. Y bien vale la sorpresa el viaje. Viven la poesía, la necesitan como la necesito yo. La viven con hambre, con los sentidos abiertos. Se escuchan, se respetan, crecen juntos. Cada uno tiene una voz propia y, con ella, nos descubre un mundo. Nadie imita a nadie. Y todos están dispuestos y ansiosos de asomarse a otros mundos.
El trabajo de taller fue muy sencillo con ellos. Apenas enseñar a deshacerse de las palabras que no necesitamos, de las que tapan lo que queremos mostrar; e instarles a escucharse, para que su ritmo interno marcara el ritmo del poema. Todo lo demás ya lo tenían y sin duda fue mucho más lo que ellos me enseñaron que lo que yo pude enseñarles.
Esta selección es una pequeña ventana que han abierto para nosotros.
Yo sólo quiero darles las gracias y pedirles, que no dejen de leerse».

POEMA USANDO VERSOS DE GABRIELA MISTRAL -Julia Delcazo-

Es una maternidad
Que no me cansa el regazo
Y es un éxtasis que tengo
De la gran muerte librado

En los albores de un nuevo día
Una ciudad despierta a su rutina
Almas alegres, dolientes o cansadas
Acuden cual hormigas a su trabajo atadas
En un contenedor un llanto ahogado
Entre ropas sucias y raídas
Un alma de mujer queda en suspenso
¿Es verdad lo que oye o su ansia la castiga?
Llora desesperado su derecho a la vida
Nota que gota a gota sus venas se vacían
«¿Para qué me crearon?» se pregunta
«¿Para morir sin conocer la vida?»
Mas alguien abre la caja de Pandora
Y al oírlo se resiste al espanto
Es un alma sensible que imagina
Y al comprobar reprime un grito ahogado
Vuelve a su casa con un paquete en brazos
Un alma desbocada, ilusiones perdidas
Desenvuelve el paquete, corazón destrozado
Y en sus entrañas muertas resurgirá la vida
La razón le insiste en denunciarlo
“¿Qué debo hacer?” se pregunta angustiada
El corazón contesta: “tú te lo has encontrado”
“Es tu compensación”, le dice el alma
La baña, la acaricia, es una niña
Y al apretarla a su pecho ella se calla
Tiene hambre de madre ¡vida, mía!
Canastilla doliente le pone, que ella guarda
Y mientras baja a la farmacia más cercana
Recuerda con dolor otra mañana
Más negra y más funesta en la que pierde
El calor de su vientre y de su cama
Cabrón borracho que nunca conociera
Porque huyó como huyen los cobardes
Aquella mañana de triste primavera
Perdió su amor y su ilusión de madre
Al volver
ata el cordón umbilical, sacia su hambre
Y la mece mientras le canta una nana
Es mujer de recursos, muy valiente
Y no va a devolver aquella estrella

Es el mundo desamparo
Y la carne triste va
Pero yo la que te mece
Ya no tengo soledad

Una estrella que mirara tantas veces
Desde la tierra al cielo cual quimera
Hoy la estrella ha caído en su regazo
Y le da su corazón su vida entera
Se siente madre e hija mía la llama
Y aquel fuego que quema sus entrañas
El que avivara su rabia cada día
Nota como se apaga, y sigue con la nana

Es el cielo desamparo
Si la luna cae al mar
Pero yo, la que te estrecha
Ya no tengo soledad

No habrá fuerza en la tierra, se repite,
Aunque tengamos que vivir errantes
Pues te parí al quitarte la envoltura
Y no habrá juez ni ley que nos separe
La cruz de su desdicha se ha esfumado
En su lugar nació un brote de esperanza
Rosas de un gran amor se van abriendo
Mientras la mece cantándole la nana

Es la noche desamparo
De las sierras hasta el mar
Pero yo la que te mece
Ya no tengo soledad

POEMA CON VERSOS DE TAGORE -Julia Gallego-

POEMA CON VERSOS DE TAGORE  -Julia Gallego-

Emprendo en solitario el camino de mi cita
Imperceptibles latidos, encerrando dolores del alma, me acompañan
Mi corazón pregunta ¿Dónde estás? Una y otra vez
Marchitas flores sin tierra ni agua salen a mi encuentro
Y más, y más flores sin perfume vienen y van

En cada amanecer mis manos temblorosas buscan tu cuerpo
Y sólo hallan un hueco vacío en mi cama
Deseos, deseos y más deseos en cada amanecer me invaden
Inaudibles respuestas en fríos despertares acarician mi vientre

Diálogos suspendidos, como lluvia de arena, se esparcen por la nada
Paseos hacia extraños encuentros me empujan en mitad de la noche
Y voy a tu encuentro. Buscando tu boca. Buscando tu sexo
Besos y caricias abandonados y enterrados bajo losa negra
Emprendo en solitario el camino de mi cita

CIELO HA MUERTO -CON PABLO NERUDA Y SERGIO ALGORA- de Marisa Fanlo-

CIELO HA MUERTO -CON PABLO NERUDA Y SERGIO ALGORA- de Marisa Fanlo- Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Cielo ha muerto.
Hoy hace un año y ella sigue en todas partes.
En su despacho de diputación,
Y en el cuadro que eligió;
En el directorio de los teléfonos,
Con su nombre al lado del 8892;
En mi lista de direcciones electrónicas,
Con la suya sin borrar todavía;
En la bandeja de entrada,
En el mensaje de navidad de su marido y su hijo;
En el despacho de la sede
Donde tienen la foto de todas;
En esa foto de todas las mujeres
Que ya no podremos repetir;
En la plaza que inaugurábamos
Cuando me llamaron para avisarme;
En la carrocería de mi coche
Con un golpe del día de su funeral;
En todos los recuerdos de mi trabajo
Que tienen mi madre y mi tía;
En el cabello de ángel de mi madre,
Que le dio la receta para hacerlo;
En todos los actos a los que viene su familia.
Pero Cielo ha muerto.

MI YAYO -Ana María Rocañín-

MI YAYO -Ana María Rocañín-

Primer intento

Te beso y me pincho en tu barba cana
me miro en tus ojos de un azul translúcido
y veo retazos de una vida plena
No falta de nada, de bueno o de malo.
Escucho tu voz mientras habla ronca
de historias pasadas,
necesita hablar y que yo la escuche.
Tus manos serenas muy bien trabajadas
dibujan al aire lentos movimientos.
En el calor de la cocina de leña
veo tus zapatillas poco desgastadas.
Me gusta rozarte el pantalón de pana
Y acariciar suave tu calva brillante.
Nos necesitamos, cómplices del tiempo
de momentos mágicos que quedan guardados
en ese baúl del que sólo tenemos llave los dos.

Segundo intento

Te beso y me pincho con tu barba cana
me miro en tus ojos azules sin brillo,
se asoman retazos de tu vida plena,
dos guerras vividas, un hijo perdido.
Mezclando deberes con el Rif ardiente
la voz ronca habla de historias pasadas.
Tus manos serenas muy bien trabajadas
dibujan al aire lentos movimientos.
Bajo la cocina de leña caliente
veo tus zapatillas poco desgastadas,
rozo con mi mano el pantalón de pana,
acaricio suave tu calva brillante.
Y vamos metiendo al baúl del alma
promesas, consejos, canciones y risas.
Sé que soy tu alivio al caer la tarde
y tú eres mi héroe vestido de plata.
-¿Cuándo tu te vayas volverás a verme?
-Si puedo, seguro, palabra de abuelo.
Bajo las estrellas del azul oscuro
yo sigo esperando tu guiño de luz.

ESPERO -Arrate Gallego-

ESPERO -Arrate Gallego-

En una aldea lejana
Nos sorprende la noche
Entre infantiles juegos.
Se abandonan las calles
Y el ruido cesa.
Yo me siento a esperarte
En nuestra escalera,
De piedra dura
Desgastada y vieja.
Siento frío, y miedo
Cuando el lobo
Aúlla a lo lejos.
Con mis brazos
Abrazo mi cuerpo
Y quedamente susurro:
No llores, yo te quiero.

BEBÉ -Jaime Sanz-

Nací.
A mis padres les había fallado la “R”.
No teníamos coche.
Y es que antes de llover chispea.
Estoy preso
tras los barrotes de la cuna.
A mi alrededor, paredes verdes.
Se acerca la princesa
y le tiro de las coletas
Mi madre me da de comer.
El pequeño hidroavión viene y va;
carga y descarga y vuelta a empezar.
Mi babero y mi baby
parecen un cuadro de Jackson Pollock.
En la tele sale la gallina Caponata.
Mi trona es un peñazo;
me molesta en las ingles.

REY -Jaime Sanz-

REY -Jaime Sanz-

Soy el rey de la casa,
pese a la zapatilla,
patibulario sistema judicial
y cetro de la reina madre.
Incomunicado,
solo,
pensando,
en medio de un mar
que se va secando.
Yo me acuerdo
cuando la librería
era un altísimo palacio.
Ahora parece que no.
Soy Aladino
recorro el reino
con mi mágica alfombra,
pero arrastrando el culo.

CUNA VACÍA 27-4-1954 -Julia Delcazo-

CUNA VACÍA 27-4-1954 -Julia Delcazo-

Una extraña fuerza me sacude
Es la abuela con su mano arrugada
Por todos los años de trabajo
Apenas entra luz por la ventana

Apresuradas salimos de la casa
En sus manos un gran pañuelo blanco
La abuela empapa en él unas lágrimas
Mientras yo corro para seguirle el paso

De par en par la puerta de mi casa
El otro abuelo en un rincón sentado
Corro hacia él y apenas me saluda
Tan parlanchín y ahora tan callado

Mi padre en el corral haciendo leña
Con aquella hacha grande y tanta fuerza
Que deshace los troncos en astillas
Y por el aire vuelan su dolor y su rabia

Desde el patio un murmullo de voces
Se oyen todas a una, como si recitaran
Quiero subir, mi abuela no me deja
Con brusquedad me sienta en la gran banca

Yo la miro en silencio intimidada
Mientras ella barre los suelos de la casa
De pronto se oye el trajinar de mucha gente
Parece que unos suben y otros bajan

Y creyendo que es fiesta en mis cuatro años
A la abuela le pido impertinente
Como me hace mi madre los domingos
Para desayunar, chocolate caliente

“Para chocolate estamos”, contesta ásperamente
Yo me siento ofendida y enfadada
Y empiezo a llorar rabiosamente
Pidiendo a vos en grito “¡quiero ir con mi mama!”

Baja mi tía preferida
Cariñosamente me recoge en sus brazos
Me sube a la habitación llena de gente
Y todo me resulta muy extraño

La cuna está vacía
Una mesa vestida de blanco
Un querubín muy quieto sobre ella
En silencio y con los ojos cerrados

Las mujeres se acercan y lo miran
En una silla baja mi madre está llorando
Y llorando también me atrevo a preguntarle
“mamá, ¿yo lo he matado?”

Al oírme pronunciar esta pregunta
A mi madre se le abren los ojos como platos
Y sus llantos recrudecen con más fuerza
Mientras casi me hace daño con su abrazo

Y es que un día por la noche
De las muchas en que lloraba tanto
Para no despertar a mis padres
Despacito me levanté a acunarlo

Como no se callara yo imprudente
Su boquita tapé con mis dos manos
Asustada mi madre se levanta
Y me grita “has podido matarlo”

Mi padre aturdido la amonesta
Y protesta por las dos preocupado
“No grites, mujer, así a la chica,
Que la asustas y no ha sido para tanto”

Mi madre me besa con ternura y me dice
“No, cariño, que tu hermano nació muerto
Y el tiempo que ha vivido muy enfermo,
Sólo ha sido un milagro”

La cuna está vacía
Una mesa vestida de blanco
Un querubín muy quieto sobre ella
En silencio y con los ojos cerrados

Mi madre se levanta, me aúpa y me dice:
“Dale un último beso y dile adiós a tu hermano”
Me impresiona su quietud y su color nacarado
Aún así le digo adiós y le beso la mano.

DECEPCIÓN -Marisa Fanlo-

DECEPCIÓN -Marisa Fanlo-

Primera versión

La Virgen en el cuadro
Nunca hizo nada por mí.
Todas las noches la miraba.
Estaba quieta y era muy fea.
Yo me creía todo.
Y rezaba.
Pero nadie me oía.
Todas las mañanas me decepcionaba.
Algo que ves todos los días te enseña todos sus defectos.

Segunda versión

La Virgen es buena,
Siempre me espera encima de mi cama.
Una madre protectora,
Con un manto azul,
Con un niño en brazos,
Con tristeza en la mirada.
No podrá salvarlo.

La niña quería ser buena,
Y rezaba,
Siempre en la oscuridad,
Para no ser vista,
Para ocultarse.
Y la Virgen la miraba fijamente,
Con su tristeza infinita,
Profunda.
Miraba su pelo corto,
Crespado y pelirrojo.
Pero no la oía.
Había mucho ruido alrededor.

Ahora la Virgen está quieta,
Su manto azul se cae a trozos.
Ya no mira nada,
Está como muerta y es muy fea.
No bajó a ejercer de peluquera,
No consiguió alisarle la melena,
Ni hallar el tono rubio deseado.

El niño y la niña fueron hacia el ruido.
No pudo salvarnos.

PINTOR DE PAPEL -Ana María Rocañín-

PINTOR DE PAPEL -Ana María Rocañín- Con olor a rosas y camelias,
bien envuelto en papel de regalo
ella cálido amor le entregó.
Él llevó el suyo en cristales de escarcha
y en cesta de mimbre lo ofreció.
Pronto alcohol y celos se aliaron
y el papel en jirones rompió,
borró alas, sueños y promesas
y de negro los cristales tiñó.
Ella daba gritos a los sordos,
él cortó los hilos de la vida
y en papel noticia la pintó.

COMPASIÓN -Arrarte Gallego-

COMPASIÓN -Arrarte Gallego-

Vivo, encarcelado
Entre las murallas
De mi propio cuerpo.
Limitado,
Como esa planta
De tu maceta.
Dependiente, insuficiente.
Vivo sin vivir mi vida,
Ni la tuya,
Ni nada.
Esperando el momento
En que deba morir.
Ansío el instante
En que tu mano
Compasiva y valiente,
Corte el hilo de vida
Que aquí me retiene,
Y llene de sentido
La palabra muerte.

EN NIGERIA -José Manuel González-

EN NIGERIA -José Manuel González-

En Nigeria todo es negro:
la gente es negra,
el oro es negro,
el dinero es negro,
el mercado es negro,
la muerte es negra.
En Nigeria todo es negro menos los huesos.
Los huesos se blanquean sobre la tierra roja,
los buitres los desprenden de su carne negra
y la orgía de vísceras, sangre y miseria,
se convierte en vida que vuela.
En Nigeria el petróleo pasa y no queda
y sus gentes sangran los tubos que envenenan,
pero no son más que mosquitos sobre un inmenso paquidermo
que se mueve lento, que arrasa lo que pisa,
al que no le duelen las calles sucias,
al que no le asustan las calles oscuras.
Y por la noche, cuando todo calla,
sólo se ve la luz de las llamas en las torres.

EL PUEBLO DE LAS DOS TORRES -Ana María Rocañín-

EL PUEBLO DE LAS DOS TORRES -Ana María Rocañín- Dos enhiestas torres
marcan tu horizonte,
te imprimen carácter
y soberanía.
Más desde hace un tiempo
tienen competencia,
dos jóvenes grúas
rompen la armonía.
¿Quieren cortejarlas?
¡Por Dios que osadía!
vienen a imponerles
su cruel compañía.
Más aunque lo quieran
no están a la altura,
carecen de historia,
solera y cultura.
Me gusta tu porte,
Tu aroma y tu acento
y que sigas siendo
pueblo de dos torres.

EN HORAS DE BÚHO -Jaime Sanz-

EN HORAS DE BÚHO -Jaime Sanz-

En horas de búho,
voy dónde tú sabes,
bajo las escaleras que tú sabes,
y te busco.

No estás aquí;
allí tampoco;
allá si.

Paso por tu lado,
a veces rozándote,
como sin querer;
otras sólo te miro.

A veces tu me miras,
otras no.
A veces estás con compañía,
otras sólo con tus amigas.
Estáis esperando qué pasará esa noche.

Y no nos dirigimos ni una puñetera palabra.
Sabemos que preferimos tragar plomo fundido
a tener que hablarnos.

Sigues teniendo los ojos azules,
sea por unas lentillas o no;
la cara mofletuda,
cada vez más y más,
como la papada.

 

SU MANO ENTRE MIS MANOS -José Manuel González-

SU MANO ENTRE MIS MANOS                                      -José Manuel González- Su mano entre mis manos
Es una góndola en el océano,
Minúscula, frágil, abandonada de viento.
Su mano entre mis manos
Es una gota del estanque,
Húmeda, microscópica, perdida entre mis dedos.
Su mano entre mis manos
Araña la piel con sus uñas neonatas
Y despierta en mí, cosquillas de orgullo.
Su mano entre mis manos
Amanece en mi ánimo
La alegría del llanto.

LA LLAVE DE UN SUEÑO -Julia Gallego-

LA LLAVE DE UN SUEÑO -Julia Gallego-

Aléjate de mí para que el sol entre de nuevo
Cerraré los ojos y en mis párpados se acomodarán miles de pequeñas luces de colores.

Ya están aquí, ya las veo desde dentro con mis ojos invisibles.
Vienen entremezclando verdes y anaranjados, rojos y amarillos.
Y llegan más rojos y más verdes, y dorados… dorados… dorados…
Eres como una mancha, como negro nubarrón, que se instala espantando a las pequeñas luces de colores.

¿Oigo una voz que me llama? ¿Quién me llama sin palabras?
Veo a una niña, echada sobre la cama, que llora.
A su lado, un viejo libro de cuentos, un ramillete de lilas y unas tijeras.
Junto a ella, una mujer vestida de novia la observa.
Y la niña sigue llorando.

Fuera, las campanas de una iglesia cercana repican con fuerza.
Sobre mis párpados ya no está la niña.
Ahora es mi padre quien ocupa su lugar. Le veo más nítido que la última vez.
¡Que extraño! Mi padre trae una llave entre sus manos.
Él viste un traje gris marengo. El mismo del día de mi boda. El mismo que madre y yo le pusimos el día que murió.
Y un sombrero de ala ancha y cinta negra.
Llueve. Y el agua le cae por los hombros, chorreando hacia abajo hasta empapar sus zapatos.