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Literatura en Pina

VIAJE DE EMPRESA -Arrate Gallego-

Laura se siente una mujer liberal mientras conduce su coche, en mitad de la noche, para asistir a unas conferencias sobre mejoras laborales que organiza su empresa. Sabe que Pedro asistirá, y aunque le han llegado rumores de que se casará dentro de poco, no piensa desaprovechar la ocasión de pasar una noche loca con él, al igual que en años anteriores.
Cuando lleva cuatro horas de viaje, observa cómo sube peligrosamente la temperatura del motor y se alarma. No entiende de mecánica, está sola, de noche y en mitad de la nada. Aparca el coche en el arcén y llama al seguro. Una voz amable le comunica que en veinte minutos la grúa se acercará hasta dónde se encuentra para ayudarla. Pasados treinta minutos aparece la grúa, soñoliento el conductor le aconseja dejar el coche en el taller mecánico más próximo, casualmente enfrente hay una pensión, donde ella puede pasar la noche.
Cansada coge su maleta de viaje y se registra. Es un edificio viejo y la habitación resulta deprimente. Eso no era lo que había planeado para pasárselo bien. Sacó su picardías de la maleta y se lo puso, se sentía ridícula: no había metido en su maleta otra prenda adecuada para dormir. Decidió mantener alto su ánimo, mientras cogía su neceser para ir al baño a desmaquillarse. La pobre luz del espejo iluminaba su cara mientras el algodón refrescaba su piel. Se miró con detenimiento, y por un momento se vio a si misma: sin máscara, con arrugas, en una pensión barata y con lencería cara. Podría haberse reído, pero se echó a llorar. Lloró porque sintió vergüenza de sí misma, de lo que estaba haciendo, por haber perdido su dignidad…
Cuando se hubo calmado se sentó en la cama, cogió el teléfono y llamó a su marido.
– Cariño, el coche se ha estropeado, ¿puedes venir a buscarme?

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